Fetichismo en la fotografía de calle

La foto de calle ya es un fetiche por sí misma. ¿Quién se pasa horas mirando la vida de otras personas y conectando sus acciones con su entorno? Nos interesa el mundo que nos rodea y no podemos vivir sin él. Desde siempre ha existido mucho fetichismo en la fotografía de calle, no es nada nuevo. No sé cómo categorizarlos, porque tengo claro que no todos los fetiches son iguales. Hay a quienes les interesa fotografiar manos, personas en sombrero, usando parasol, fumando… A este tipo de fetichismo lo llamaría ¿Fetichismo Inocente?. Sin embargo, en nuestra disciplina fotográfica favorita existen algunos fetiches que entran en terreno peligroso. Ahora los vemos.

Fetichismo en la fotografía de calle más famosa

En el inmenso mundo de la fotografía de calle amateur podemos encontrarnos con todo tipo de tendencias y fetiches. A menudo, con tan sólo ver el trabajo de alguien, podemos saber qué inclinaciones tiene. A veces queda tan claro que asusta. Pues esto es algo que también lo encontramos entre los fotógrafos más famosos y consagrados. Con tan sólo una rápida búsqueda en Google, el gran Daniel Arnold, uno de mis favoritos, nos cuenta cómo su fetiche es el estilo de vida neoyorquino, su ciudad natal:


I have a few different avenues for dealing with this situation, but the main thing is that I tell them the truth. I try to be very calm and honest that I have this fetish about New York and that you in this moment, with these city surroundings, just look like New York to me. I tell them that I do this every day and to please take it as a compliment. I’m not always very eloquent about it because I’m usually in varying states of mental exhaustion.

Daniel Arnold, en the creative independent
Fotografía de Daniel Arnold
Fotografía de Daniel Arnold

Pero hay otros dos fotógrafos a los que seguro que la mayoría ya conocéis y quizá no por ser unos angelitos precisamente, Bruce Gilden y Garry Winogrand.

Bruce Gilden: La búsqueda de la fealdad

El retrato sorpresa de Bruce Gilden

La fotografía callejera de Bruce Gilden es variada pero, la que más ha trascendido es como la de ahí arriba. Fotos tomadas con un gran angular, desde abajo, con flash y muy cerca. Nada favorecedor. La mayoría de las veces incluso molestando o bloqueando el paso a la persona. Con tan solo un vistazo a su trabajo, podemos darnos cuenta de que busca la fealdad humana. Él lo llama belleza pero ya sabemos que es para disimular. Ya no sólo se trata de una fealdad aleatoria entre las personas que hay en ese momento en la calle. Estamos hablando de que él mismo busca a personas que le llamen la atención, los cita, y los retrata. Los elige como depredador a su presa.

Retrato de Bruce Gilden

Lo que encuentra no es todo lo que hay pero, es todo lo que quiere que veamos. De esta forma, se ha ido ganando miles de odiadores por todo el mundo. Hay mucha gente que no lo tiene en buen estima, ni siquiera entre compañeros de profesión. Yo personalmente no entiendo su fetiche como algo que pueda afectar a un colectivo, aunque sí a la persona retratada de forma individual. Quizá lo encasillaría en esos Fetiches Inocentes. no sé, ¿qué crees?

Garry Winogrand y su fetiche por las mujeres

Garry Winogrand women are beautiful

El siguiente fotógrafo cuyo nombre está ligado al fetichismo, e incluso al machismo, es Garry Winogrand. Su fetiche por las mujeres lo llevó a publicar en 1975 una de sus obras más comentadas, tanto para bien como para mal. Se trata de Women are Beautiful, traducido como Las mujeres son hermosas. En esta serie de fotos, retrata la vida cotidiana de la mujer estadounidense durante una época revolucionaria. Una época que marcaría una suela de zapato en el status quo establecido por el hombre.

Garry Winogrand women are beautiful

Desde los años 60, el comportamiento de las mujeres empezó a cambiar, liberándose, aunque fuera mínimamente, del moralismo al que estaban atadas. El destape, su lenguaje, su forma de comportarse en público… todo lo que no se esperaba que una mujer empezara a hacer. Winogrand respondió como mejor sabía, fotografiando. Las mujeres que participaron en este movimiento de liberación sexual, fueron cuestionadas. Tanto por hombres como por otras mujeres. ¿Cómo no iba a aprovechar el bueno de Garry para fotografiar lo que más le perdía en la vida?

¿Eran las mujeres su fetiche, o un cambio social?

Garry Winogrand women are beautiful

Lamentablemente, no podemos preguntarle directamente, pues Winogrand falleció en 1984. Sin embargo, existen varias teorías en torno a su obra Women are Beautiful. Una de ellas se apoya en el hecho de que Winogrand, básicamente, cosificaba a las mujeres. Sobre todo, teniendo en cuenta que una de sus frases célebres fue: “Fotografío porque quiero saber cómo se ven las cosas tras ser fotografiadas”. Palabras textuales. Por lo tanto, esto convertía a las mujeres que fotografiaba en “cosas”.

Por otro lado, es bien sabido que Winogrand apenas miraba sus propias fotos. Eso dice mucho. ¿Fotografiaba a las mujeres para después verlas en la intimidad de su casa? If you know what I mean… Pues parece ser que no. Nosotros, como espectadores, somos los que más hemos mirado a esas mujeres que salen en una de sus obras más aclamadas. ¿Somos entonces nosotros los auténticos fetichistas? Al menos, da para reflexionar. Otra teoría es que Winogrand tan sólo estaba recogiendo en imágenes un trozo de historia de su país. Estaba fotografiando la era del destape y, ¿qué iba a fotografiar si no a mujeres partícipes del movimiento? Más sobre esto en Americansuburbx.

Fetichismo en la fotografía de calle: Las mujeres asiáticas/japonesas

Fetichismo por las japonesas

Quizá el caso de Winogrand no quede claro del todo. Puede que sólo fotografiara a mujeres sin que estas se dieran cuenta porque ellas eran su fetiche. O puede que las fotografiara justificándose en que eran las protagonistas de un cambio social en su país. Quédate con esto último, en su país, porque cada detalle importa. Pero entonces, ¿qué justificación puede dar el que viaja o se muda a otro país y su fotografía de calle se transforma en una especie de catálogo para Tinder? Yo optaría por decir que dichas mujeres son su fetiche.

El ejemplo más claro, y que además es un guiño al libro de Winogrand, es el del fotógrafo Charlie Kirk y su serie Japanese Women are Beautiful. Las mujeres japonesas son hermosas, ¿ves la similitud?. Yo sólo la veo en el título, porque el contenido es bien diferente. Kirk no es que esté fotografiando mujeres en su país como Winogrand, sino que espera a estar en otro país para fotografiar a las mujeres con las que fantasea. No fotografía a mujeres japonesas porque éstas estén haciendo algo memorable, o algún cambio social. Sus fotos ni siquiera tienen buena composición, iluminación y observación, como sí tenían las fotos de Winogrand. Las de Japanese Women are Beautiful son simples fotos de mujeres japonesas que forman parte de las fantasías de un señoro.

Fetichismo en la fotografía de calle
Fetichismo en la fotografía de calle
Fetichismo en la fotografía de calle

Rumbo a Japón… ¡Conichigua japonesas!

No estoy descubriendo nada nuevo en esto de que las japonesas (¿asiáticas en general?) son un fetiche para el resto del mundo. Pero nunca me había puesto seriamente a enlazarlo con la fotografía de calle y… ¡da miedo! Analizando las cuentas de Instagram que sigo de fotógrafos en Japón, algunas tienen varias fotos de mujeres pero no parece que sea por fetiche. Simplemente, la persona que estaba participando en esa situación tan “fotografiable” era una mujer. En otras cuentas, lo raro es ver un hombre. Y tampoco es que sean fotos de escenas a las que un fotógrafo de calle reaccionaría. Son directamente retratos robados de chicas jóvenes.

Las mujeres como fetiche en la fotografía de calle
Encuentra al hombre (Por Nicolas Vassal)
Las mujeres como fetiche en la fotografía de calle
Si hubiera estado sentada mi vecina de 60 años no hubiera hecho la foto, y lo sabes… (Por BoredPanda)

Nobuyoshi Araki: si el fetichismo fuera persona

Nobuyoshi Araki

Ya que menciono a Japón, no puedo concluir este apartado sin nombrar a Nobuyoshi Araki. Es uno de los fotógrafos japoneses que más amor/odio genera. Tiene tantos fans como detractores. Y puede que muchos de esos fans sólo lo sean de su etapa como fotógrafo de calle. Buenas fotos, por cierto. Lo que le pasa a Araki es que tiene un fetichismo que se lo pisa y que, además, cumple con los fetiches de sus clientes. No sé si puedo publicar por aquí el 90% de sus fotos sin que mi blog explote, así que, intentaré que sea lo más light.

Araki Street photography
La foto de calle de Araki
Los fetiches de Araki o de sus espectadores
¿Los fetiches de Araki o de sus espectadores?
Fetiches de Araki

Fetichismo en la fotografía de calle: El sufrimiento de otros es mi disfrute

Paraguas, gente fumando, chicas cruzando el paso de peatones de Shibuya en blanco y negro y con el contraste al 100%… Ya te habrás dado cuenta de que todos estos pequeños fetiches se han convertido en clichés. La foto de calle está rebosando de fotos así. Falta uno y que también es un cliché muy odiado por la comunidad fotocallejera. El fetiche de fotografiar a personas que están en una situación vulnerable. Ya puede ser alguien viviendo en la calle, situaciones de pobreza o desnutrición, salud mental, alguien ebrio que ni siquiera se puede mantener en pie… En definitiva, personas que no pueden reaccionar lúcidamente ante alguien que les está haciendo una foto.

pornopobreza
Ejemplo de Pornopobreza, tomada en La India

Este tipo de fotografía está muy ligado a la porno-pobreza (poverty porn en inglés). Se trata del disfrute y gratificación que siente una persona al exponer a otros que están en situaciones desfavorecidas, creyendo así que les ayuda. Estas fotografías suelen hacerse con la excusa de que se les está dando voz y visibilidad a esas personas desfavorecidas. ¿Cómo de real es ese interés en ayudarles? Si a esos fotógrafos realmente les interesara la situación de esas personas, moverían cielo y tierra para sacarles fuera de las calles. Sin embargo, lo que hacen es publicar sus fotos en Instagram, enviarlas a concursos o venderlas en Internet. Mmmmhhh…

Personas desfavorecidas sí, pero en el extranjero: La paja y la viga

Hombre en el suelo, en Shanghai
Hombre en el suelo, tomada en Shanghai

Ya hemos visto el caso de quienes fotografían mujeres cuando viajan a otro país (allá donde se encuentran sus mujeres fetiche). Con la fotografía de personas desfavorecidas ocurre lo mismo, siendo zonas del Sudeste Asiático y África las favoritas para tal “modalidad”. A estos fotógrafos sólo les interesa dar visibilidad a los desfavorecidos cuando no están en su país natal. Les debe entrar el espíritu navideño de repente con el viaje. ¿Por qué no, para empezar, les dan visibilidad a esas personas de su vecindad o ciudad de nacimiento? Me juego el cuello a que esas personas están en sus calles y las ven a diario. No hace falta que recorran miles de kilómetros para tomar fotos de ese tipo. Personalmente, son de las pocas fotos de calle que no soporto.

Fetichismo en la Fotografía de calle

Y es que, esto de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el nuestro es bastante típico. Sólo puedo poner como ejemplo a Japón, porque es donde estoy y lo que veo en mi entorno y cuentas a las que sigo. Pero hay quienes se dedican únicamente a fotografiar japoneses que, de tal borrachera que llevan, terminan desmayados. Gente durmiendo en la calle, vomitando, todo esto que vemos en cualquier gran ciudad del mundo de madrugada. ¿Por qué eligen fotografiar ese tipo de situaciones sólo cuando vienen a Japón? ¿Por qué no muestran a sus compatriotas haciendo lo mismo? Porque su fetiche no es gente en estado de embriaguez, sino mostrar a japoneses en situaciones poco favorables. Su intención real es la de crear una mala imagen de los japoneses.

Mis fetiches en la foto de calle

Creo que llegamos a la parte más aburrida de la entrada. He gastado demasiado tiempo pensando en cuál puede ser mi fetiche pero no encuentro algo en particular. Mi fetiche es algo más general, las situaciones que tienen doble lectura o que se pueden sacar de contexto. Me da igual la persona que participe en la escena, con qué género se identifique o cuál sea su nacionalidad. Si es una escena que me llama la atención, la voy a fotografiar. Lo que sí hago es, precisamente, evitar fotografiar a personas que no pueden defenderse. Esto ya entra en otro tema más relacionado con la ética, así que lo dejo para otro día.

¿Qué es lo que más te gusta fotografiar en la calle? ¿Has notado algún patrón que se repita en tus fotos? Cuéntanoslo a todos en los comentarios y quien tenga algo más que añadir, que hable ahora o Calle Para Siempre.

Si te ha servido de ayuda y quieres apoyar este proyecto, puedes visitar mi página en Ko-Fi o

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5 Comments

  1. Muy buen artículo. La verdad es que nunca me había parado a pensar en ello, pero ¡Es verdad!. Hay una gran cantidad de fetiches encubiertos como foto callejera. Que miedo.

  2. Que daban “mala imagen” fue lo que justificó a los nazis para catalogar como arte degenerado la obra de August Sander. Tanto él como su familia fueron perseguidos y criminalizados por esto. Afortunadamente hoy disponemos de su trabajo gracias al buen criterio de quienes veían más allá de la “mala imagen”. Pero la ignominia no acabó ahí. De forma injusta, Sander es frecuentemente vinculado con el partido nazi por el hecho de haberlos retratado. Precisamente él, que fue perseguido por ellos. El motivo es el mismo, su obra sigue dando “mala imagen”. Así de estrecha es la visión de quienes careciendo de una formación solvente cómo para interpretar con justicia a aquellos que han hecho la Historia de la Fotografía, basan su lectura en la caprichosa balanza del “me gusta/no me gusta”. Algo -desde luego- del todo inadmisible en ciertos ámbitos que por fortuna se expresan en otros códigos, en otros términos. Preocupa -y mucho- la estrechez de miras. También ese conformismo de una visión superficial de las cosas, esa tiranía bobalicona de unas generaciones que viven en la celebración jolgoriosa de la estupidez humana. No hay en ello un respetable rechazo al academicismo, como lo hubo en los movimientos de vanguardia. Es otra cosa. La falta de entendimiento -y hasta el desprecio- por el conocimiento, en su expresión y en su conformación, es evidente. Desde luego quiero expresar aquí que ahí voy a dar mi lucha -caiga quien caiga- y cueste lo que cueste contra todo eso. Asumiendo -claro está- todas y cada una de las consecuencias que con gusto pagaré encantado. Y es que también recojo los frutos que me da una cultura fotográfica abierta a dialogar con mi propia obra. Eso no se consigue sino con ganas de profundizar, de aprender, de estar abierto a el otro y con mucha pasión. Te lo digo desde el cariño y el respeto Ernesto: abandona la guía para dummies, coge el manual y ponte a estudiar. Lo que haces es un juego de niños. A lo mejor así tu obra despega como tal. Quizá la simpatía que siento por ti me hace confiar en que puedes hacerlo.

    • Dime de qué presumes y te diré de qué careces, Miguel. Tal vez la vida te ha dado infinita amargura y conocimiento, pero sal de las tinieblas, no sigas llevando oscuridad y veneno al mundo.

      • Yo quiero oscuridad y veneno, por ese motivo me gustan las obras absolutamente rabiosas y delirantes de Pieter Hugo, William Kleim, Robert Frank, Diane Arbus, Roger Ballen, Fukase, Moriyama o Shomei Tomatsu solo por citar un puñado. Los analgésicos y la pastelería, para tí todita.

      • El día que quiera hacer fotos de siluetas José, para recortar a transeúntes -¿verdad?- con colores chillones de fondo -¿cierto?- te pediré consejo, tenlo por seguro. A mi lo que tú haces me parece el siguiente escalón de lo aburridísimo y lo impersonal, además de un ejercicio bastante campero y poco emocionante con respecto a la cámara en la calle y las experiencias que puede ofrecerte.

        Un solo día de retratos a desconocidos, más el proceso de entregarle esas fotografías editadas con todo mi amor, es más emocionante y verdadero que todo “tu” trabajo, y lo entrecomillo porque es la copia de una copia de una copia. Ahí no hay nada de ti. Es ruido.

        Tengo claro que la gente como tú, que nunca se equivoca, es la gente de la cual alejarse como de la peste. Y lo jodido de esto es que estáis en casi todos los sitios fáciles y a la mano, porque vuestra gran virtud en esta vida es el atornillamiento. Sino dices nada no molestas. Es reptiliano.

        Es normal que alguien como yo que está vivo, que reacciona, de sangre caliente, que se atreve, que se lanza y se equivoca, te cause repelús porque es todo cuanto de ti detestas.

        Ya me he encontrado con muchos Josés y se como tratarlos, y no es con respeto, los Josés no respetan y malmeten.

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