
Hace unos meses, mi hijo de 7 años quiso empezar a hacer fotos. Pensamos en una cámara de juguete, pero optamos por buscar una real en el mercado de segunda mano. Así encontramos la Canon EOS 20D por solo 2,800 yenes. Aunque tenía moho en el sensor, conseguimos otra en mejores condiciones en una tienda física. A pesar de sus limitaciones, es una cámara ideal para aprender fotografía sin seguir las tendencias del mercado.

El instante decisivo es el alma de la fotografía de calle. Inspirado por Henri Cartier‑Bresson, se trata de capturar momentos fugaces donde luz, gesto y composición se unen en perfecta armonía. Conocer a fondo tu cámara y lente, anticipar acciones y aprovechar fondos limpios permite registrar situaciones espontáneas y únicas. La práctica, paciencia y perseverancia son fundamentales para hacer de cada disparo una narrativa visual irrepetible, para lograr fotografías inolvidables.

Mi primera vez haciendo fotografía callejera en España tras haber vivido en Japón más de 10 años. A pesar de ser mi país de nacimiento, descubrí nuevos rincones y matices, sintiéndome como un turista. Tras valorar y reflexionar sobre las diferencias entre Sevilla y Tokio para hacer street photography, ya planeo regresar para profundizar en mi proyecto fotográfico.